
Las experiencias desencadenantes o estimuladoras tienen como propósito abrir ventanas a las niñas y niños, poniendolos en contacto con fenómenos, ideas y prácticas poco conocidas, las cuales perminten aprender por las inquietudes que despiertan.
Las experiencias desencadenantes pueden ser un buen mecanismo para oxigenar el emabientte escolar, y ayudara a la escuela a ser vanguardia antes que retaguardia, vinculándola con nuevas ideas, tecnología, nuevos equipos materiales y procesos que no han llegado todavia a los libros escolares ni a los programas oficiales.
Aurora Lacueva